PSICOTERAPIA DE ADULTOS Y DE ADOLESCENTES.

PSICOTERAPIA DE
ADULTOS y DE ADOLESCENTES

En psicoterapia así como en psicología hay distintas escuelas, abordajes, métodos.
La división más marcada es entre psicoterapia y psicoanálisis. Luego encontramos diferentes abordajes psicoterapéuticos, que se adecuaran según cada caso, ya que se trata de realizar lo mejor para ayudar a cada consultante en el menor tiempo posible y no de implementar teorías y/o técnicas "puras"

La psicoterapia trabaja con el consciente, el yo, en un "diálogo"sostenido por consultante y terapeuta desde posiciones asimétricas. La dinámica es la descripta en entrevistas, ya que son parte de cualquier psicoterapia.

Además de dialogar, el terapeuta puede sugerir, preguntar, esclarecer y tantas otras intervenciones, pudiendo también interpretar el inconsciente cuando lo considera adecuado.

En psicoanálisis el trabajo es con el inconsciente, tanto del consultante como del terapeuta y aquí la intervención terapéutica siempre apunta a interpretar el lenguaje del inconsciente, que aparece en el discurso así como sus formaciones (sueños, chistes, olvidos, síntomas entre las más importantes y comunes)

La psicoterapia es estructurante, teniendo siempre contención y apoyo de parte del terapeuta mientras el psicoanálisis es desestructurante, utilizando la angustia como una brújula indicadora del proceso, por lo que se intenta no suprimirla.

En lo personal creo que es adecuado comenzar siempre realizando psicoterapia y llegado el momento de estar el consultante lo suficientemente fuerte realizar psicoanálisis -si así lo desea- para trabajar cuestiones menos prácticas y más profundas acerca del deseo y las fantasías inconscientes (intentando trabajar causas profundas de lo trabajado previamente en terapia y asegurando frenar cualquier repetición) e inquietudes del orden de lo existencial que el sujeto quiera saber acerca del enigma, de su lado oculto, inconsciente. 

Dicho más fácil conocerse mejor a sí mismo, incluyendo sus mecanismos intra psíquicos, saber de sus límites, puntos más fuertes y más débiles y actuar en consecuencia, entre tantas otras cosas. 
Este segundo tiempo no es necesario siempre, aunque sí recomendable.

La diferencia en psicoterapia de adultos y la de adolescentes es -obviamente- la misma que entre la adultez y la adolescencia, por lo que con adolescentes hay que diferenciar siempre aquello propio de la etapa vital de lo que sería síntoma si estuviéramos con un adulto.

Recordando siempre que la edad cronológica no necesariamente coincide con el nivel de madurez y su correspondiente encuadre en un ciclo vital.

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